Todos los trabajadores de Estados Unidos están protegidos legalmente contra la discriminación por una serie de características en el lugar de trabajo. Entre estas características protegidas están el sexo, la discapacidad, la raza, la edad y el origen nacional.
Quienes no hayan nacido en Estados Unidos o cuyos padres sean originarios de un país distinto de Estados Unidos pueden temer que hablar una lengua distinta del inglés en el trabajo pueda ser motivo de discriminación. Todos los trabajadores deben poder expresar su cultura y comunicarse en la lengua que consideren apropiada en el trabajo sin temor a ser discriminados. Por eso las normas de "sólo inglés" en algunos lugares de trabajo han causado una gran controversia.
Algunos centros de trabajo han implantado normas de "sólo inglés", que prohíben a los empleados hablar en otro idioma que no sea el inglés en el trabajo.
Muchos trabajadores han argumentado que las normas de "sólo inglés" son una forma de discriminación por origen nacional, ya que los trabajadores pueden ser sancionados por hablar en su lengua materna en virtud de estas normas.
La Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) ha reconocido que cuando estas normas están vigentes en un lugar de trabajo en todo momento, niegan a un empleado una característica esencial de su origen nacional. Además, la EEOC reconoce que estas normas podrían crear un ambiente de hostilidad y aislamiento en el lugar de trabajo.
Por lo tanto, los empresarios que impongan normas de uso exclusivo del inglés deben poder demostrar la necesidad empresarial de la norma para demostrar que no tiene carácter discriminatorio.
Si cree que la norma de "sólo inglés" en su lugar de trabajo es crear una cultura discriminatoriadebe tomar medidas para descubrir sus posibles opciones legales.