Con tantos ligamentos y músculos en el cuello, es posible que sufras una lesión en algún momento. Por ejemplo, puede producirse un esguince o un desgarro como consecuencia de un choque, una caída o un movimiento brusco.
Algunos de los síntomas comunes de un esguince de cuello incluyen:
Lo último que quieres hacer es intentar tratar un esguince cervical por tu cuenta. No sólo podrías cometer un error, sino que nunca sabrás realmente si éste es el alcance de tu lesión.
Su médico puede realizar diversas pruebas, como una radiografía, para tener una idea clara de lo que está ocurriendo y qué estrategia de tratamiento es la mejor.
Aunque los esguinces de cuello suelen curarse gradualmente, con el reposo adecuado, hay otras cosas que puede hacer para ayudarse. Por ejemplo, se ha demostrado la eficacia de los masajes, los ultrasonidos y los ejercicios isométricos.
Aunque no es el caso de todo el mundo, los síntomas de un esguince cervical suelen mejorar en un plazo de cuatro a seis semanas. Sin embargo, si tienes un esguince cervical grave o una lesión recurrente, no es descartable que tardes mucho más.
Si sufres un esguince cervical en el trabajo, por ejemplo a consecuencia de una caída de altura, pide ayuda e informa del incidente a tu empresa. Así estará en condiciones de presentar una solicitud de indemnizaciones por accidente laboral más pronto que tarde.