Cualquier tipo de lesión de espalda o cuello, especialmente una que implique una fractura, requiere atención médica especializada. Asumir que este tipo de lesión puede curarse por sí sola es un error, ya que podría dar lugar a una variedad de síntomas y efectos secundarios que hacen casi imposible vivir una vida libre de dolor.
Las fracturas vertebrales pueden deberse a muchas causas, entre ellas un accidente por resbalón y caída, un accidente de coche o un traumatismo por objeto contundente.
Si tienes algún motivo para creer que has sufrido una fractura vertebral, no esperes a buscar atención médica. Por ejemplo, si te ha golpeado una máquina pesada en el trabajo, deja de hacer lo que estés haciendo, pide ayuda y espera a que llegue una ambulancia.
La mayoría de las fracturas vertebrales pueden tratados con inmovilizacióncomo un corsé o una faja. Esto no sólo reduce el dolor y las molestias, sino que también puede prevenir la deformidad. La mayoría de las veces, se sugiere inmovilizar la zona durante 12 semanas.
En caso de fractura vertebral más grave, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico. Aunque cualquier intervención quirúrgica conlleva riesgos, si su equipo médico se lo sugiere, debería considerarlo seriamente.
Tras la intervención, es probable que lleve un corsé ortopédico durante un periodo de seis a doce semanas.
Como la mayoría de las fracturas vertebrales requieren inmovilización y mucho reposo, no podrás reincorporarte inmediatamente al trabajo. Por este motivo, asegúrese de que su empresario está al corriente de su lesión y de cómo se produjo. Así aumentarán las probabilidades de que reciba prestaciones de compensación a los trabajadores sin que su empleador oponga resistencia.